Hasta hace relativamente poco, la figura de Boudin pasaba desapercibida en la Historia del Arte. Los grandes manuales no lo recogían ni mencionaban su papel clave en el desarrollo del impresionismo de la mano del que fue su discípulo durante un tiempo, Monet. La Historia del Arte es así, no es indeleble y se actualiza constantemente.
Aprender impresionismo por comparación
La naturaleza o el motivo cambian a cada minuto, al pasar una nube ante el sol o al provocar reflejos sobre el agua el paso del viento. El pintor que confía en captar un aspecto característico no tiene tiempo para mezclar u unir sus colores aplicándolos en capas sobre una preparación oscura, como habían hecho los viejos maestros: debe depositarlos directamente sobre la tela en rápidas pinceladas, preocupándose menos de los detalles que del efecto general del conjunto
Eugène Boudin [The Coast of Portrieux, Cotes-du-Nord, 1874. Colección Privada], via Wikimedia Commons |
Aunque apreciaremos a simple vista las diferencias, todo parte de lo mismo: la pintura del natural. Hasta el siglo XIX, el artista pintaba en su estudio. Podía tomar referencias de la naturaleza, sí, pero cualquier composición final se llevaba a cabo en el interior .Boudin es tan importante porque él enseño a Monet a plantar el caballete en mitad de la naturaleza y a representar lo que veían sus ojos. Además, fue en el siglo XIX cuando se desarrollaron las denominadas como teoría del color, entre ellas la de Chevreul, publicada en 1839, Sobre la ley del contraste simultáneo de los colores.
Los pintores fueron dejando de lado la manera de representar los volúmenes y las diferencias entre las zonas de luz y de sombra a través del claroscuro. Poco a poco, para los pintores que se inscribieron dentro del movimiento impresionista, lo que había en el paisaje no era importante. Lo verdaderamente fascinante era saber capturar la luz incidiendo sobre los objetos:
Cuando salgas a pintar, trata de olvidar los objetos que tienes ante ti, un árbol, una casa, un campo, o lo que sea. Piensa solamente: he aquí un cuadradito azul, un óvalo rosa, una franja amarilla, y píntalos tal y los ves, con el color y la forma exactos, hasta que obtengas tu propia e ingenua impresión de la escena que tienes delante.
En próximas entregas profundizaremos acerca del impresionismo como corriente y analizaremos los avances científico-técnicos que revolucionaron las Bellas Artes durante el siglo XIX.
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